El año 2024 se acerca con una combinación de riesgos y oportunidades para Guatemala. Luego de un 2023 que incluyó una fuerte inflación, condiciones económicas internacionales complicadas, conflictos geopolíticos e incertidumbre política interna, es importante hacer un análisis detallado de algunos aspectos que pudieran preverse para 2024.
Desde el panorama internacional, las principales economías del mundo enfrentan una fuerte desaceleración económica y algunas (especialmente en Europa) ya se encuentran en recesión. Una
desaceleración en las principales economías del mundo afecta el desempeño económico de pequeñas
economías dependientes del comercio exterior como Guatemala. Entre otras variables, impactará particularmente en, potencialmente, una menor demanda de nuestros productos de exportación,
afectando los ingresos para las empresas y personas involucradas en las actividades exportadoras, impactando también en sus consumos y en hacer más lento también el dinamismo económico interno.
También es importante destacar que, según cifras del Fondo Monetario Internacional, en 2024 India toma el liderazgo económico siendo el país que mayor crecimiento económico experimentará a nivel mundial. Luego de varios años con China liderando el crecimiento mundial, India comienza a destacar y volverse un mercado importante a considerar para países como Guatemala.
Al panorama anterior, también es importante agregar el hecho que en 2024 tendremos una transición de gobierno. La incertidumbre que el actual proceso electoral ha propiciado un panorama de cautela en el ámbito empresarial, poniendo una pausa temporal en procesos de inversión y esperando a tener más claridad sobre las políticas y planes a impulsar por las autoridades entrantes. Eso, mientras desde el lado del sector público el primer año de gobierno suele estar asociado a menores niveles de ejecución.
A pesar de ello, Guatemala recibe estos potenciales impactos negativos con una macroeconomía sólida de largo plazo. Crecimiento económico estable, controlados niveles de endeudamiento público y una moneda sólida son algunos de los aspectos a remarcar de la economía guatemalteca que le permiten,
a pesar de los aspectos negativos remarcados, poder afrontar de buena forma dicho panorama.
Otro aspecto positivo que garantiza sostenibilidad y evolución positiva para Guatemala en 2024 se relaciona con el ingreso de remesas familiares. Para el año 2023, el país registró un ingreso de remesas
familiares por más de US$20,000 millones, significando más de 20% del Producto Interno Bruto. Dicho de otra forma, alrededor de una quinta parte de la economía nacional se relaciona con el ingreso de remesas al país. Para 2024, es probable que el ingreso de remesas supere los US$21,500 millones, lo cual mantiene el consumo de millones de familias beneficiadas con este ingreso del exterior.
A eso, sumarle también que Guatemala se encuentra en una posición sociodemográfica envidiable. Esto porque posee una población joven y creciente, que garantiza un fuerte consumo para los siguientes años. Al mismo tiempo, enfrenta una transición urbana que está dinamizando “ciudades intermedias” en áreas como Quetzaltenango, Escuintla, Sacatepéquez y Zacapa, por mencionar algunos. Esta combinación de población joven, creciente y migrando a áreas urbanas garantiza un fuerte crecimiento económico para los siguientes años. Combinando los desafíos y oportunidades mencionados anteriormente, se visualiza
un año 2024 para Guatemala con un crecimiento económico estable y, según el Fondo Monetario Internacional, con uno de los ritmos de crecimiento más altos de toda Centroamérica. El panorama es
especialmente favorable para algunos sectores económicos que hoy lideran el país, tales como el financiero, construcción, hoteles y restaurantes, así como algunos servicios de distinta índole.
Por supuesto, Guatemala requiere ritmos de crecimiento económico aún más fuertes para solventar sus necesidades económicas, crear suficientes oportunidades de empleo para la población, atraer mayores niveles de inversiones nacionales y extranjeras, entre otras necesidades económicas. Sin embargo, aunque el 2024 no viene sin retos (tanto internacionales como dentro del país) que vale la pena monitorear, las
perspectivas económicas para el país ( y particularmente para los sectores mencionados) es favorable y de alto potencial.
Ricardo Rodríguez
Analista Económico Senior de Central American Business Intelligence (CABI)